El Día de Acción de Gracias, es una celebración tradicional en los Estados Unidos de Norteamérica. Se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre. Constituye regularmente un gran festejo familiar, en el cual las personas se reúnen con sus parientes en torno a la mesa, realizando celebraciones tradicionales. Pero ¿Cuál es la historia detrás de esta celebración y que consecuencias tuvo en realidad?
En el año 1620, más de 300 europeos, en su mayoría familias inglesas exiliadas por la intolerancia religiosa imperante en las Islas, llegan en un pequeño buque, el “Mayflower“, a América del Norte, a la región que hoy es conocida como Massachussets, cumpliendo sus propósitos al establecer la Colonia de Plymouth.
El riguroso invierno en esas latitudes les cogió por sorpresa, sin tener tiempo para prepararse para duras condiciones de privación y frío. Del centenar de peregrinos no sobrevivieron más que la mitad. Los que lo hicieron, debieron su suerte a la ayuda y alimentos que los nativos de la zona, los indígenas Wampanoag, les proporcionaron.
Al año siguiente, los colonos supervivientes, ya establecidos y con la primera cosecha recolectada, decidieron compartir sus excedentes con los indios que les habían ayudado el año anterior. El gobernador de la colonia proclamó “un día de dar gracias al Señor para que podamos de una manera más especial regocijarnos después de haber recogido el fruto de nuestro trabajo“.
Esa pacífica convivencia con los nativos duraría pocos años, ya que la masiva afluencia de colonos europeos y la ocupación creciente de los territorios de los indios les llevaría a enfrentamientos continuos. El resultado de tales confrontaciones fue la casi total exterminación de los indios Wampanoag. Tras la llamada guerra del Rey Philip en 1675, tan sólo sobrevivirían unos 400.
Aunque la tradición data de 1621 y se ha celebrado de una manera u otra desde entonces, la celebración como día de fiesta oficial es más reciente.
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